Dependencia Emocional
Por. Gabriela Constantino
Antes de comenzar a hablar sobre la dependencia emocional quisiera decir que este es uno de los problemas que más trato en mi consultorio y que me resulta de gran interés en mi ejercicio profesional como psicóloga clínica; por ello, lo quise escribir para compartir en este blog.
La dependencia emocional es la necesidad extrema de carácter afectivo que una persona siente hacia su pareja a lo largo de sus diferentes relaciones. Cabe mencionar que el dependiente emocional también lo es, cuando no tiene incluso pareja, sin embargo, lo habitual es que éste busque constantemente una nueva relación de pareja, por lo tanto su personalidad no se basa únicamente en las relaciones de pareja, sino también se expresa en otras relaciones interpersonales (Castelló, 2005)
La dependencia emocional podría compararse con un trastorno por consumo de sustancias, por lo tanto, se sugiere que debe de ser tratado de forma similar ya que el dependiente emocional puede experimentar la misma sintomatología que el adicto, con la diferencia de que la dependencia no estará vinculada a una sustancia psicoactiva sino a la seguridad de tener a alguien (Riso, 2018)
En el 2012, Brenda Shaeffer afirma que el adicto al amor, voluntariamente se hace cargo de los otros a costa de su propio desgaste emocional.
En el síndrome de abstinencia de la dependencia emocional, lo que domina es el deseo de retomar la relación y predomina la búsqueda por contactar a esa persona para suprimir la sensación de pérdida o de desaparición definitiva (Castelló, 2012)
Jorge Castelló en el año 2012 clasificó a los dependientes emocionales de la siguiente manera:
Tipo A: Sumisos en las relaciones de pareja, dominado por la necesidad afectiva, baja autoestima, necesidad de agradar y de ser aceptado, se conduce con intención de ser aceptado por los demás; no son conflictivos, se desviven por los demás, con miedo al rechazo y búsqueda de ser aceptado por los demás. Se comportan con la pareja y los demás de una forma similar, sin embargo, suele ser más intensa con la pareja, ya que a la pareja le dan todo y le justifican por el miedo a la ruptura.
Tipo B: Se comportan de forma distinta dentro de las relaciones de pareja e igualmente distinta fuera de ellas. Dentro de la relación de pareja son como el tipo A y fuera de ella pueden aparentar una mejor autoestima, menos necesidad de agradar o inclusive pueden describirlas como personas antipáticas o conflictivas aunque no necesariamente sea asi. Con sus amigos o personas importantes pueden presentar comportamientos dependientes y similares a los del tipo A.
Asimismo, este autor refiere que hay otras dos formas de ser dependiente emocional sin parecerlo, estas dos formas se relacionan con egoísmo o la hostilidad y que no son asociados a los patrones básicos más habituales propios de la necesidad afectiva.
Estas dos formas son:
1) Dependiente emocional oscilante: Son personas que quieren tener pareja y estar solos a la vez, por lo tanto, tienden a evitar el compromiso y simultáneamente alimentar de cierto modo la relación. De esta manera satisface aparentemente estos dos deseos opuestos, pero para esta persona es compatible, por un lado satisface la necesidad de estar acompañado y por otro el egoísmo.
2) Dependientes emocionales dominantes: La peculiaridad de este es que más que querer, necesita y por ello se le considera dependiente. Se caracterizan por la necesidad de poseer y fusionarse con la pareja. Son controladores y hostiles con la pareja. Suele ser más frecuente ver este patrón en varones que en mujeres, así como el de patrón oscilante.
Finalmente, existe otra forma de ser dependiente emocional como lo es la codependencia, que cumple con los patrones de dependencia emocional como: las relaciones desequilibradas, concebir la vida siempre a lado de alguien (pareja), miedo a la soledad, idealización de la pareja, síndrome de abstinencia en caso de ruptura, esfuerzos desenfrenados por mantener la relación, autoanulación, entre otras cosas. Menciona que los dependientes que escogen a este tipo de parejas a los que este autor llama “problemáticos”, presentan un grado mayor de patología o de desequilibrio emocional, ya que reflejan un alto grado de necesidad afectiva, tienen antecedentes de maltrato y patrones familiares disfuncionales en la familia de origen. Este tipo de dependientes suelen identificarse con personas a las que creen que pueden cuidar o salvar, sin embargo, lo hacen a través de formas autodestructivas.
En Grupo Punto de Partida sabemos que no solo es primordial identificar y diagnosticar en nuestros pacientes su particular forma de ser y de interactuar al elegir y convivir con sus parejas sino que pretendemos guiar y acompañarlos para lograr la plenitud y la consolidación de la vida en pareja.
Si te ha hecho sentido lo que has leído, no lo dudes más y acude con nosotros. Atrévete a darle un giro a tu vida… lo mereces y tu pareja también !!!
Referencias Bibliográficas:
- Castelló, J. (2005). Dependencia emocional: características y tratamiento . Madrid: Alianza Editorial.
- Blasco, J. C. (2012). La superación de la dependencia emocional. Cómo impedir que el amor se convierta en un suplicio(Spanish Edition). Ediciones Corona Borealis.
- Riso, W. (2018). ¿Amar o Depender?. México: Planeta Mexicana, S.A. de C.V..
- Schaeffer, B. (2012). ¿Es amor o es Adicción?(Segunda Edición). Center City, Minnesota 55012 : Hazelden Publishing.
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